¿Quiénes son los Mennonitas?
Los menonitas son una comunidad de Fe que quiere vivir y proclamar las buenas Nuevas del Reino de Dios.
Los menonitas viven en países de América, Africa, Asia, Australia y Europa. Hablan decenas de idiomas, son como 1.500.000 personas que se consideran miembros de una sola familia de Fe
¿De dónde proviene el nombre?
El nombre más usado es el de «Menonita», que es un apodo dado por sus perseguidores por el nombre de Menno Simons, un líder del siglo XVI. Ellos mismos preferían darse a conocer como «Taufgesinnte», lo que significa: los que son bautizados en base a su confesión de fe.
Formación de la familia
Este movimiento tuvo su origen en el siglo XVI, dentro de la Reforma Protestante. Un pequeño grupo de creyentes jóvenes y serios manifestaron que las reformas de Lutero y Zwinglio no eran suficientemente profundas y que mucho distaban de los ideales bíblicos para la Iglesia. Con la intención de volver al cristianismo del Nuevo Testamento se bautizaron unos a otros, previa confesión de su fe en Jesucristo. Esto sucedió en Zurich, Suiza, en enero de 1525. Conrad Grebel era el líder del grupo.
Fervorosos en su fe, comenzaron a evangelizar. El movimiento se extendió rápidamente siguiendo el río Rhin hacia Alemania y los Países Bajos.
Las iglesias oficiales se le opusieron inmediatamente y se burlaron de ellos llamándolos también «anabautistas» (rebautizadores) y persiguiéndolos duramente.
En poco tiempo muchos líderes Menonitas encontraron la muerte como mártires. Miles más morirían a manos de sus perseguidores en las dos próximas generaciones.
Los menonitas en Uruguay
En 1948 llegaron los primeros Menonitas al Uruguay y hoy hay unas 20 congregaciones con algo más de 1500 miembros.
Un documento de fe y vida
En el centro de la fe Evangélica se levanta JESUCRISTO SEÑOR Y MODELO DE VIDA. La Iglesia es el Cuerpo de Cristo en el mundo y continúa Su misión y ministerio. Para los Menonitas la naturaleza de la Iglesia está ligada a su misión. Por lo menos siete elementos definen a la Iglesia según la tradición Evangélica-menonita :
- Autoridad de la Palabra – La iglesia, con la ayuda del Espíritu Santo, vive bajo la autoridad de la Palabra de Dios y la interpreta como comunidad de creyentes. «Porque nadie puede poner otro fundamente que el que está puesto, el cual es Jesucristo» (1Corintios 3:11). El Espíritu Santo emplea la Palabra escrita para renovar a la Iglesia y alimentar la fe.
- Membresía Voluntaria y Vida de Discipulado – El vigor de un movimiento esta en proporción directa con el grado de compromiso de sus integrantes. El bautismo, como acto consciente en base a la confesión de fe, es la confirmación del propósito del creyente de vivir como un discípulo de Jesucristo a cualquier costo. En el bautismo el creyente declara públicamente estar dispuesto a llevar la cruz por amor a Cristo, compartiendo el evangelio en palabra y obra.
- Enviados al Mundo – Jesucristo comisiona el cuerpo de sus discípulos : «Como me envió el Padre, así también yo os envío» (Juan 20:21). Los envía a buscar a los perdidos y a comunicarles las «Buenas Nuevas». Jesús confía a sus seguidores el ministerio de la reconciliación y de la sanidad.
- La vida en la Comunidad del Pacto – «Nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo y todos miembros los unos de los otros» (Romanos 12:5). Los menonitas sienten que cada discípulo necesita de otros discípulos para crecer y mantener el ánimo. Además cada discípulo debe asumir responsabilidad en cuanto al bienestar y la fidelidad del cuerpo eterno.
- Disciplina Congregacional – Para la comunidad menonita la disciplina fomenta el crecimiento en fe, unidad, servicio y testimonio, ayudándose unos a otros en su vida de discípulo.
- Seriedad Ética – Ellos consideran que su conducta en el diario vivir determina la credibilidad de su testimonio. Como discípulos de Jesús viven bajo la autoridad de Jesucristo.
En lugar de conformarse a costumbres pecaminosas y participar en injusticias, se sienten llamados a demostrar un nuevo orden de vida, siguiendo a Jesús, enseñando y viviendo la paz del Reino de Dios incluyendo el amor al enemigo, rechazando el uso de la violencia y la participación en el servicio militar. - Ayuda Mutua – Como miembros del cuerpo de Cristo, los menonitas son responsables del bienestar espiritual, emocional y físico de otros miembros. La ayuda mutua toma varias formas, incluyendo la económica. La ayuda mutua es como el prólogo del servicio a los necesitados del mundo.
El amor Criterio Básico
Subrayando todos los principios anteriores está el principio del amor . «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en el crea, no se pierda, más tenga vida eterna» (Juan 3:16)
«Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo» (Lucas 10:27).
La respuesta del creyente al inmenso amor de Dios y del Hijo Jesucristo es una vida de amor y servicio al prójimo.
Una historia incompleta
La historia de la comunidad menonita continúa creciendo como resultado de la actividad misionera.
Comenzando el siglo XXI, los menonitas buscan mantener su visión misionera enfocada en la certeza eterna de la obra redentora de Dios en Jesucristo en medio de un mundo cambiante y a menudo violento y tumultuoso.
Esta comunidad de fe no siempre ha vivido en completa fidelidad a su misión. Sin embargo, Dios en su gracia los ha conservado entre sus testigos en el mundo.
Nosotros los miembros de la comunidad menonita nos preguntamos qué será nuestro aporte como seguidores de Cristo en el mundo, donde nacionalismo, racismo, y clases dividen y destruyen.
En un mundo como éste estamos llamando hombres y mujeres de todas partes a hacer de Jesucristo el Señor de sus vidas.
Convicciones Compartidas
Por la gracia de Dios procuramos vivir y proclamar la buena nueva de reconciliación en Jesucristo. Como parte del cuerpo unido de Cristo en todo tiempo y lugar, declaramos que las siguientes afirmaciones son la esencia de nuestra fe y práctica:
- Conocemos a Dios como Padre, Hijo, y Espíritu Santo, el Creador que tiene el propósito de restaurar a la humanidad caída convocando a un pueblo y llamándolo a ser fiel en fraternidad, adoración, servicio y testimonio.
- Por medio de su vida y enseñanzas, su cruz y su resurrección, nos mostró cómo ser discípulos fieles, redimió al mundo, y ofrece vida eterna.
- Como iglesia, somos una comunidad de aquellos a quienes el Espíritu de Dios llama a abandonar el pecado, reconocer que Jesucristo es Señor, recibir el bautismo previa confesión de fe, y seguir a Cristo en la vida.
- Como comunidad de fe, aceptamos que la Biblia es nuestra autoridad para la fe y la vida, interpretándola juntos bajo la guía del Espíritu Santo a la luz de Jesucristo, para discernir la voluntad de Dios y obedecerla.
- El Espíritu de Jesús nos llena de poder para confiar en Dios en todos los aspectos de la vida, de manera que lleguemos a ser hacedores de paz que renunciamos a la violencia, amamos a nuestros enemigos, procuramos justicia, y compartimos nuestras posesiones con los necesitados.
- Nos reunimos regularmente para adorar, para celebrar la Cena del Señor, y para escuchar la Palabra de Dios, dispuestos a dar cuenta unos a otros de nuestros actos.
- Como familia global de fe y vida trascendemos fronteras de nacionalidad, raza, clase social, género e idioma, y procuramos vivir en el mundo sin conformarnos a los poderes del mal, dando testimonio de la gracia de Dios por medio del servicio a los demás, cuidando de la creación, e invitando a toda la humanidad a conocer a Jesucristo como Salvador y Señor.
Estas convicciones están inspiradas en la fe de nuestros antepasados, los anabautistas del siglo XVI, quienes dieron ejemplo de ser discípulos radicales de Jesucristo. Procuramos caminar en su nombre por el poder del Espíritu Santo, esperando confiadamente el regreso de Cristo y el establecimiento definitivo del reino de Dios.